POLÍTICA Y GENTE
Por: Pedro García
El derrotero promisorio que por ahora proyecta la coalición Juntos Haremos Historia en el ámbito prelectoral en la mayor parte del país, podría convertirse en un fiasco en Nuevo León donde el proceso interno para la elección de candidatos es todo un desgarriate debido al manoseo, el incumplimiento de los acuerdos, madruguetes, fantocherías, venta de candidaturas y la intrusión de Independientes y priistas (aliados desde la más reciente campaña) que andan como caballos “de Troya” aprovechando el candor del obradorismo de que en su movimiento caben todos.
Hay casos en que la disputa ha trocado en pleitos soterrados que podría irrumpir en la opinión pública en protestas y cuestionamientos a la falta de transparencia y honestidad de los procesos para seleccionar a los aspirantes.
Morenistas hay que comienzan a manifestar su molestia por el quebrantamiento de los acuerdos girados por AMLO toda vez que la elección de las candidaturas está cifrada no en los mejores perfiles sino en moneda corriente, equivalente a millones de lo cual, se reporta a esta columna, unos cuantos están haciendo su agosto en marzo.
Se asegura que dicha conducta voraz, está desprestigiando al movimiento de López Obrador porque hay gente que se está sintiendo defraudada por la forma en que se le ha estado tratando en la forma de promesas de candidaturas incumplidas.
Se nos asegura que en Nuevo León no se advierte ninguna proyección de lo que se hace en otros estados con la coalición Juntos Haremos Historia ya que acá el común denominador del proceso interno es “la imposición”.
También se filtra que gente de la coalición efectúa un doble juego político tranzando con cuadros relevante de partidos opositores al obradorismo, pues son personas identificadas con el régimen que AMLO se propone erradicar.
En otros casos, hay aspirantes que eran las personas naturales para ser electos candidatos, pero se están imponiendo intereses inconfesables para meter a incondicionales.
En resumen, los inconformes acusan que la coalición muestra evidentes fisuras, de lo cual Obrador ni se entera por su concentración en la campaña presidencial, pero también porque no hay ningún interés de ponerlo al corriente de lo que pasa en Nuevo León donde hay quienes se sienten dueños del movimiento y dicen que traen la bendición de tabasqueño.