POLÍTICA Y GENTE
Por: Pedro García
Nuevamente, el petróleo está en el debate nacional, es decir, en la capital de la República.
El petróleo como parte de la política energética ha sido pretexto de guerras políticas.
Ha habido épocas en donde la disposición del llamado oro negro dio lugar para desproporcionadas ilusiones: preparémonos para administrar la riqueza, por ejemplo.
Y en otras etapas, la debacle de los precios mundiales del petróleo ha sido causa de crisis financieras y el caos.
Recientemente, comentaristas, directores de medios, editorialistas financieros y otros, dan por hecho la terminación de la utilidad del crudo como fuente de energía, reemplazado por las fuentes limpias derivadas del sol, el viento y hasta los bio-energéticos, entre otras.
Hay comentaristas medio adelantados que aseguran que México es el único país (¡gulp!) que circula en contra del destino que llevan todas las naciones del mundo con rumbo al uso de las energías no contaminantes.
Según lo dicho por esos opinadores, en este momento Estados Unidos o los países árabes, por citar dos ejemplos, estarían cancelando, tapando sus pozos petroleros y cerrando refinerías, noticia de lo cual no está enterada esta columna.
Si tenemos noticia, en cambio, de proyectos más o menos concretados de la creación de vehículos terrestres movidos mediante dispositivos eléctricos. Asimismo, programas de energía bien consolidados mediante parques eólicos, pero no sabemos que se estén cerrando los pozos petroleros.
Ante esos marcos de referencia, podemos señalar, conforme a la realidad, que el petróleo se mantiene como un factor energético viable y de utilidad inevitable, de otra forma no nos explicamos las guerras geopolíticas en Medio Oriente donde se han combatido a gobernantes que se han “eternizado” en el poder.
Y para no ir tan lejos, véase que el tema petrolero está en la discusión nacional acerca de la viabilidad energética y, sobre todo, financiera en beneficio de la fortaleza de las finanzas públicas y su influencia en la capacidad de pago de la propia petrolera Pemex, como del gobierno de la República.
Amén de la presión que hay por parte de las firmas calificadores sobre Pemex y el gobierno, para que se asegure el saneamiento de la petrolera nacional.
Lo demás, es un problema de chiflados, opinadores fuera de órbita, desconocedores de la realidad que pisan.
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En el plano local, en cuestión de días estará en Nuevo León el presidente López Obrador quien traerá tras de sí torbellino de actos de gobierno que han provocado múltiples reacciones, las más de rechazo, sin embargo, el mandatario sigue en lo suyo y sólo el tiempo ubicará a cada quien en su lugar.
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En el tema de los programas sociales, la salud es de la mayor importancia para los mexicanos vulnerables, es decir, los desempleados, ancianos sin seguridad institucional como el IMSS o ISSSTE, en donde las personas de ese segmento de población pasan duras penas para sufragar consultas, medicinas y tratamientos.
Por ello, es relevante que se cumpla lo establecido en la Constitución: la salud como un Derecho, para todos.
Así, es importante que el Seguro Popular se vaya alineando al mencionado Derecho, en el sentido de que ensanche su cobertura de atención.
Recientemente, en Nuevo León se difundió los esfuerzos del Seguro Popular para servir a los habitantes de esta entidad federativa, incluso para los migrantes extranjeros.
Ello, en el contexto adicional de que anualmente unos cien mil mexicanos, procedentes de otros estados llegan para asentarse definitivamente aquí.
Es positivo que la institución del Seguro Popular esté bien alineada con las políticas del gobierno del estado, cumpliendo plenamente los objetivos en el sentido de procurar el bienestar en términos de la salud de los nuevoleoneses, condición indiscutible para que Nuevo León mantenga su posición de liderazgo socio económico en el país.