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KLEROTERION: Las elecciones, los candidatos y la invención del conflicto pre-electoral

Por: Waldo Fernández

Las candidaturas independientes son un eje nuevo en el sistema electoral mexicano de acuerdo con el INE representan la vía para que ciudadanos sin afiliación a algún partido político, puedan contender por cargos de elección popular de acuerdo con la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales. Esta forma de participación ciudadana es inédita porque en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales del año 1990 se estableció que eran derechos y obligaciones de los mexicanos 1) Constituir partidos políticos nacionales y agrupaciones políticas y afiliarse a ellos individual y libremente; 2) Es una obligación de los ciudadanos mexicanos el integrar las mesas directivas de casilla en los términos del código; y 3) Es derecho exclusivo de los ciudadanos participar como observadores de los actos de preparación y desarrollo del proceso electoral. Así, el derecho político ciudadano de votar y ser votado, sólo podía cumplirse mediante los partidos dejando fuera a quien no quisiera tener una representación partidista. Inclusive en reformas posteriores a este Código se asentó en el Artículo 281 que sólo los partidos podían postular candidatos a cargos de elección popular.

Sin embargo, cuando se promulgó la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales tras la elección presidencial del año 2012 se estableció la figura de candidato independiente y se abrió la posibilidad a las personas para contender en elecciones libres; hoy día, para registrarse como candidato independiente en las elecciones de Presidencia de la República, Senaduría o Diputaciones Federales debe presentarse la manifestación de intención ante la instancia correspondiente de acuerdo con el cargo de elección, conformar una Asociación Civil, abrir una cuenta de banco y reunir el número de firmas que corresponda al cargo de elección mediante la APP “Apoyo Ciudadano” desarrollada por el INE que corresponda. Para la candidatura a la Presidencia se estableció el 1% por ciento de la lista nominal de electores, equivalente a 866 mil 593 firmas, que deben distribuirse en 17 entidades federativas; para el caso de senadurías y diputaciones debe presentarse el 2 por ciento de la lista nominal de electores de la demarcación.

En los primeros días que los candidatos independientes comenzaron a recabar firmas cuestionaron la APP “Apoyo Ciudadano” por considerar que, en lugar de facilitar la recaudación de firmas hacía lento el proceso. María de Jesús Patricio Martínez expresó que el proceso discriminaba a los sectores menos privilegiados, puesto que se requería del uso de un dispositivo móvil de gama mediana y tener acceso a internet, así como luz eléctrica, servicios de los que carecían muchos de quienes que la apoyan y viven en municipios de alta marginación. Debido a esas críticas, la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos del INE autorizó que se recabaran firmas en papel en los municipios de más alta marginación del país dado que existían problemas tecnológicos.

Si bien es cierto que algunos problemas con la implementación operativa del conteo de firmas y la aplicación electrónica, eso no debe significar descalificar el trabajo del Instituto Nacional Electoral, ni caer en descalificaciones ex ante en comicios tan competidos y complejos como los que se avecinan en nuestro escenario electoral. Es sustancial que los actores políticos independientes así como los partidos asuman que la elecciones mexicanas precisan estabilidad y compromiso que todos debemos atenernos a las reglas del juego, que las elecciones implican transparencia y asumir que ninguna acción debe estar por encima del derecho, y ser responsables con lo que se dice. Jugar a tener legitimidad dañando a las instituciones democráticas es un despropósito porque miles de personas trabajan cada día para que en México tengamos elecciones libres, confiables y legítimas. Avanzar en tratar de construir conflictos pre-electorales es una apuesta con el absurdo, los partidos políticos y los candidatos independientes deben entender de una vez que las instituciones electorales (INE, TEPJF, y FEPADE) son torales en el proceso, que representan el interés de la ciudadanía, y que ningún bien se le hace al país con demeritarlas.

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