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Terremoto en México deja más de 200 muertos

Redacción/SV

CIUDAD DE MÉXICO.- Más de 200 personas han muerto tras un terremoto de magnitud 7.1 grados en la escala Richter que se ha producido este martes en el centro de México. En la capital y otras ciudades se han derrumbado edificios y hay personas atrapadas en su interior, en cuyo rescate trabajan los equipos de emergencias. Tras informar del fallecimiento de 248 personas, el último balance de Protección Civil ha ajustado la cifra a 216.

Las muertes se registran principalmente en el estado de Morelos (epicentro del seísmo), en el estado de México, en Puebla y en la capital del país. Las autoridades han elevado a 45 los derrumbes de edificios.

De acuerdo con el último balance de Protección Civil, 86 personas han muerto en la capital del país, 71 en Morelos, 43 en Puebla, 12 en el estado de México, tres en Guerrero y uno en Oaxaca.

La televisión mexicana ha estado mostrando imágenes de equipos de rescate y voluntarios trabajando sobre los escombros de edificios que se han venido abajo en varias zonas de la capital mexicana.

Las autoridades han confirmado que decenas de edificios resultaron destruidos y que hay varias personas atrapadas en ellos, y temen que la cifra de muertos siga aumentando en las próximas horas.

Los equipos de rescate y los vecinos trabajan para rescatar a muchas personas que se encuentran bajo los escombros en muchas zonas de la capital mexicana. La televisión ha trasmitido el rescate de varias de ellas con vida.

Por lo menos 26 niños y cuatro adultos murieron, y otras 38 personas están desaparecidas, en la escuela Enrique Rebsamen, que se derrumbó en el sur de Ciudad de México a causa del seísmo.

El presidente Enrique Peña Nieto, que convocó una reunión de urgencia con todo su gabinete, ordenó que los servicios de emergencia estén abiertos a toda la población. Asimismo, pidió que se evacuaran los hospitales con daños y el traslado a sus pacientes a otras unidades médicas.

El aeropuerto de Toluca estuvo recibiendo vuelos que no podían aterrizar en el aeropuerto capitalino, una de cuyas terminales fue cerrada tras el terremoto al registrar daños en la infraestructura.

El epicentro del movimiento telúrico se localizó en el límite entre los estados Puebla y Morelos, a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, Morelos, y a 120 kilómetros de la Ciudad de México, y la profundidad fue de 57 kilómetros.

El movimiento se produjo cerca de las 13.00 hora local, justo una hora y media después de que Ciudad de México y varias otras capitales hubieran desarrollado un simulacro de evacuación en caso de terremoto. que se realiza todos los años en esta fecha, la efemérides del fatídico terremoto de 1985 que destruyó una gran parte del centro histórico.

En un principio, el Servicio Sismológico Nacional calculó su fuerza en 6,4 Richter, pero momentos después actualizó la información y lo midió en 7,1 y con epicentro en el estado de Morelos, en el centro del país. Las dos mediciones han causado que al principio se pensara que se trataba de dos terremotos seguidos.

El SSN ha aclarado después que se ha tratado de un solo evento. Antes de las alarmas Durante el terremoto hubo mucha confusión, porque el movimiento se notó mucho antes de que saltaran las alarmas sísmicas, un sistema de altavoces distribuidos por la ciudad que se debe activar en los segundos previos a la llegada del movimiento telúrico.

El terremoto se ha producido casi dos semanas después de otro seísmo de magnitud 8,2 que sacudió el centro y sur del país, y que dejó casi un centenar de muertos.

Los edificios derrumbados en Ciudad de México se encuentran en distintas zonas de la capital, como las colonias Condesa, Del Valle, Narvarte, Centro, Coyoacán y Xochimilco, entre otras.

El terremoto también causó numerosos cortes en el servicio eléctrico (la Comisión Federal de Electricidad informó de que 3,8 millones de clientes carecen de suministro de energía eléctrica debido al movimiento telúrico) y fugas de gas, e interrumpió el servicio de telefonía y el tráfico en varias estaciones del Metro.

Las actividades escolares han sido suspendidas hasta nuevo aviso, al igual que la sesión bursátil, para salvaguardar la seguridad del personal y de las instalaciones. Esta vez el seísmo en la capital se sintió con más fuerza que el registrado apenas el 7 de septiembre, de 8,2 grados en la escala de Richter, dado que el epicentro fue más cercano.

El presidente del país, Enrique Peña Nieto, estaba volando en el momento del seísmo hacia Oaxaca , para visitar las zonas afectadas por el terremoto de hace dos semanas. Tras conocerse el nuevo movimiento telúrico, decidió dar la vuelta y volver a la Ciudad de México, en donde ha convocado al comité de emergencias.

“Ha sido horrible, lo he sentido mucho peor que el del otro día” (en referencia al temblor del 7 de septiembre), dijo la española Ana Bofill, quien se preparaba para viajar este mismo martes a España. Los cables de la luz empezaron a chocar y explosionar. Estoy todavía muy asustado”.

El terremoto me ha sorprendido cuando estaba haciendo el finiquito para dejar mi casa. He salido corriendo por la escalera con tan mala suerte que me he caído y me he dañado la pierna”, dijo Bofill.

“Nunca he vivido un sismo así y pensé que iba ser pasajero y muy suave. El edificio se movió mucho, pensaba que se iba a caer”, dijo el colombiano Jonathan Barbosa.

“Los cables de la luz empezaron a chocar y explosionar. Estoy todavía muy asustado. Afortunadamente ya he podido hablar con mi familia en Colombia”, indicó Barbosa.

Tras el temblor, la gente se agolpó junto a los edificios derrumbados, cubriéndose las caras con sus manos a causa del fuerte olor a gas, mientras preguntaban por familiares atrapados.

Las autoridades fueron cortando las calzadas y pidiendo con megáfonos que la gente despejara las calles y se trasladara a los parques. Mientras, los helicópteros sobrevolaban a baja altura coordinando los trabajos de las autoridades federales, la armada y el ejército mexicano, que arribaron a los lugares de extrema destrucción.

El edificio 286 de la avenida Álvaro Obregón quedó completamente destruido al igual que otros en la colonia Roma, arrastrando escombros y polvo sobre el aire y cristales rotos alrededor de las aceras.

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