Día de Muertos: ¿Cómo explicar a niños esta celebración familiar?
Redacción/SV
¿Recuerdas cuándo fue la primera vez que siendo niño tu familia te habló del Día de Muertos? Esta celebración, tan típica en México, es única y no se parece a ninguna otra en el mundo, ni siquiera al Halloween, más relacionado con personajes de miedo y fantasía.
En muchos otros lugares, el Día de Muertos no se ve como un día para festejar, sino para llorar a los que ya no están. Incluso puede tener un contexto obscuro, lo que diferencia a México, con su colorido y tradiciones y, sobre todo, el significado de este festejo y su contexto familiar.
Una tradición que sigue estando de moda
El Día de Muertos, según la cosmovisión indígena y la propia UNESCO (que lo incluyó en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial), se conmemora para recibir las almas de aquellos que han abandonado el mundo terrenal. Para comprender en qué consiste y por qué se celebra, es importante que nos remontemos a su origen.
Las primeras comunidades mexicanas ya celebraban esta fecha desde tiempos prehispánicos, en la que se conmemoraba que las ánimas de los difuntos regresaban de forma transitoria a casa para convivir con los familiares y degustar los alimentos que estos les dejaban en los altares pues eran los que disfrutaban en vida. La muerte era sinónimo de culto y alabanza.
Con la llegada de los españoles y sus ritos católicos, se produjo una conjunción entre ambas costumbres,dando lugar a lo que hoy se conoce como el “Día de Muertos”. A pesar de que las celebraciones completas del Día de Muertos se llevan a cabo entre finales de octubre y principios de noviembre (especialmente para aquellos que siguen las tradiciones indígenas), existen días concretos en los que se rinde culto a distintos difuntos, según la edad y el motivo por el que fallecieron.
El 1 de noviembre se dedica a los más pequeños y se llama concretamente “Todos los Santos”. Los “Fieles Difuntos”, el día 2, se dedica a la memoria de los adultos. Estos son los dos principales días de festejo, pero en algunos lugares, el 28 de octubre se destina a los que fallecieron por accidente o de forma trágica, y el día 30, a los “limbitos” o niños que murieron sin ser bautizados.
Según un estudio realizado por el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), el Día de Muertos supone la tradición más importante para los mexicanos y es celebrada por más del 76% de las personas. Las ofrendas, además, son lo más representativo de estas fechas para la mayoría.
De hecho, más del 70% querría que se les montara una llegado el momento. Pero esta fecha en México es mucho más: la unión con la familia es una parte esencial de este día en el que se recuerda a los que ya no están, pero nunca con tristeza y siempre dando a la vida la importancia que merece, celebrando para vivir cada día lo mejor que podamos ¡a darle, que es mole de olla!
Sin embargo, puede resultar complicado explicar a los más pequeños en qué consiste el Día de Muertos, especialmente cuando la muerte suele verse como algo que llorar o temer en lugar de algo que celebrar. Así que estos consejos probablemente lo harán más sencillo:
● En primer lugar, los niños comprenderán mejor esta tradición si la ven como un día de celebración en familia y no de tristeza. Un día de dar y recibir, de construir valores, dentro de un mismo hogar para los vivos y los muertos. Toda la familia da la bienvenida a las almas, les prepara altares y ofrendas, acude al cementerio para llevarles flores y se sienta a la mesa a compartir los alimentos preparados para ellos. Del mismo modo, se puede explicar a los pequeños que esta fiesta se hará en nuestro honor cuando fallezcamos.
● Para que comprendan mejor el significado de la muerte, también podemos hablarles de aquellos que han partido, como sus bisabuelos o tatarabuelos y enseñarles sus fotos o preguntarles qué recuerdan o sus memorias más bonitas con ellos si llegaron a conocerlos alguna vez. También puede ser interesante explicarles el significado del altar y de los elementos que se colocan en él: los objetos personales más queridos del difunto, sus platillos predilectos, los utensilios más empleados… Esto ayudará a que los muertos logren el descanso eterno.
● Todo el colorido, las flores, la música y la deliciosa comida, como el pan de muerto o las calaveritas de azúcar, pueden ayudar a hacer que el festejo sea muy atractivo. Podemos también interesarnos por cómo se les ha explicado la tradición a los niños en la escuela y cómo se ha celebrado. Normalmente, suelen construirse altares para personajes famosos ya fallecidos que dejaron su huella. ¿A quiénes les han dedicado los altares este año? ¿Qué les han explicado sus profesoras y profesores? ¿Se han maquillado? Y por último, para ayudarles a comprender la importancia de estas fechas, podemos ver junto con ellos alguna película relacionada con el tema, como “Coco”.
En conclusión, podemos comenzar a incluir a los niños ya desde muy temprana edad en la importancia de esta celebración. Es además una fecha ideal para que comprendan la relevancia de la familia y de las tradiciones, privilegiando el recuerdo sobre el olvido y la alegría sobre la tristeza.