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Se declaran en contra del cigarro electrónico

Redacción/SV

Contra cualquier idea, los cigarros electrónicos no reducen la adicción al tabaco y sí dañan la salud por lo que su regulación demanda la más amplia restricción al uso de dichos dispositivos, coincidieron en señalar legisladores, autoridades sanitarias y organismos sociales.

Lo anterior en una mesa de trabajo de la Comisión de Salud y Atención a Grupos Vulnerables del Congreso del Estado de Nuevo León presidida por el diputado Sergio Arellano donde especialistas como Inti Barrientos Gutiérrez afirmaron que dichos dispositivos contienen numerosos compuestos químicos que son tóxicos, venenosos y cancerígenos que arriesgan la salud y la vida de quienes los consumen y a terceras personas expuestas.

Se puntualizó que la comercialización de los cigarros electrónicos está prohibida por Ley y su consumo en el medio mexicano se debe a la entrada ilegal al país, en donde, por ejemplo en Monterrey, la Secretaría de Salud ha decomisado hasta 5 mil cigarros electrónicos en un solo operativo en establecimientos tecnológicos.

Los ponentes consideraron de la mayor importancia que se legislen restricciones con un concepto amplio para contrarrestar la inventiva y los cuantiosos recursos que las tabacaleras usan para tener cautivos a los fumadores y ´jalar´ a las nuevas generaciones en edad tempranas por medio de un “mercantilismo brutal”.

En su oportunidad, el diputado Gabriel Tláloc quien se declaró un fumador consumado hasta 16 años atrás, dijo que el combate contra la adicción al tabaco enfrenta muchos intereses que buscan evadir la legalidad en lo que invierten muchos recursos económicos.

Comentó que se debe legislar con denominaciones amplias como las que se han sugerido: Sistemas Alternativos de Consumo de Nicotina u otros para “ganarle a la creatividad de los emprendedores de los malos hábitos”.

También, se convocó al gobierno del estado para que lance campañas permanentes contra la adicción al tabaco en donde se informe de los dispositivos como el cigarro electrónico que se dice que reducen la adicción pero en realidad son presentados como “incentivos” al tabaquismo.

Se convocó a fijar las máximas restricciones al uso de los dispositivos alternos al consumo de tabaco porque, de lo contrario, se van a desperdiciar 50 años de esfuerzos dirigidos a disuadir la adicción, al tiempo de que muchas más personas van a ser víctimas del tabaquismo y pacientes del sistema de salud pública, con todos los altos costos asociados.

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