Despiden croquistas a sindicalista Oscar Serna
Redacción/SV
Una a una, las notas, las letras, de las melodías norteñas caían y bañaban de pesar a los deudos y amigos, reunidos en torno al descanso final de Oscar Serna Servín, el popular “Popón”: …/Qué falta me hace mi padre/ a cada paso que doy/
Ya mi Dios se lo llevó/ cuan solita está mi madre/
La estrofa desgarró el momento y detonó los sentimientos contenidos: las tres hijas y el hijo varón se estrecharon al gran tronco que queda en la familia, su madre Yaveth; el llanto se derramó en la familia Serna González.
Oscar, hijo, y sus hermanas, Yaveth, Alejandra y Fanny apretaban y apretaban a su madre cubierta por esas cuatro ramas jóvenes pero fuertes que sostenían la humanidad de su progenitora, quebrada por el dolor de ya no contar con su compañero.
Los numerosos familiares del sindicalista finado: varones y mujeres, se hicieron muy fuertes, pero las lágrimas afloraban. La tristeza se desbordó.
Generoso, el árbol a cuyo pie quedó la tumba de “Popón” cobijó la escena atestiguada por Osvaldo Serna Servín, su hermano, secretario del Transporte de la CROC. Osvaldo se mostró estoico, pero era evidente la profunda tristeza que lo invadía al despedir a su consanguíneo al que vio iniciarse como croquista en el ramo del taxi, ruletero, como se solía identificar a los trabajadores del volante.
Hermanas, hermanos, sobrinas, sobrinos, apretaban los labios y sollozaban. Así estuvieron acongojados, Josefina Serna, doña Silvia, Osvaldito, Perla y su familia, El Pollo, Luis, hijo de Manuel Serna, toda la dinastía Serna.
También compañeros y amigos de Popón, personas leales al croquismo, por ejemplo, Guillermo “Memo” Ceballos, Romualdo “Riumas”, apoyando a la familia y a Osvaldo Serna, ni se diga “Joe” Sánchez, El Guti…Tanta, tanta gente solidaria y servicial como Pineda, el fotógrafo.
Los Reyneros del Norte, el triunvirato de músicos norteños dispuso un repertorio clásico ante la tumba donde, el título “Qué falta me hace mi padre”, quiebra a cualquiera.
Antes, “Mi viejo” del argentino, Piero, aunque Oscar Serna no era, al perder la vida un veterano, pero, sí era un buen tipo, además de respetuoso.
Recientemente, “Popón” tuvo una gran pasión, que su hija Fany se convirtiera en diputada, por el partido Vida, en lo cual puso un gran empeño y se mostró entusiasta y participativo en la campaña con el fin de lograr el objetivo. No hubo oportunidad de éxito, pero Oscar Serna entregó todos sus esfuerzos.
“Popón” ya no estará físicamente en la CROC, pero, su personalidad, su formas respetuosas en el trato, quedan en la historia de la casa sindicalista que en su honor reemprende la marcha sindical y social.