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POLÍTICA Y GENTE

Por: Pedro García

La joven ciudadana, Rocío Montalvo no se sustrae de sus deberes cívicos en medio de la efervescencia política creada por la solicitud de Licencia de El Bronco y se le ha plantado a las afueras de su despacho en el Palacio, con la exigencia de soluciones al problema del ineficiente transporte público, mal endémico de Monterrey, pero no para los camioneros que han amasado millonarias fortunas con regenteo de la transportación, donde son tolerados y apapachados por el actual gobernador y sus antecesores.

Los camioneros han tenido en el director de la Agencia del Transporte, Jorge Longoria a su principal aliado.

Arquitecto de profesión, Longoria no ha hecho mayor obra en el reordenamiento y racionalización del transporte y se ha limitado a tareas propias de burócratas de quinto nivel, como es la de cancelar multas.

Desde su modesto rol de gestora cívica, Rocío Montalvo ha hecho más por el servicio de la transportación que el propio Longoria.

Montalvo es una activista destacada, ha escalado del rol de la protesta simple a la argumentación y la propuesta. Esto le ha valido el respeto social.

Los oídos sordos del gobierno a las demandas en favor de un transporte de calidad, ha orillado a Rocío Montalvo a plantarse en la antesala del despacho del gobernador.

Ella y un grupo de jóvenes socialmente sensibles, son los únicos defensores de los intereses de los usuarios, que son trabajadores en una abrumadora mayoría, y que no encuentran otras voces de respaldo en el seno del Consejo Estatal del Transporte donde no hay asientos para genuinos voceros de los ciudadanos, con el agravante de que en esa instancia es donde se aprueban los aumentos de las tarifas.

Jaime, “El Bronco”, deja temporalmente el cargo con el pasivo social de un transporte ineficiente, inseguro, desordenado y ¡caro!

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