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Recuerdan familiares a desaparecidos; insisten en justicia

 

Redacción/SV

Al conmemorarse el Día Internacional de las Personas Desaparecidas, a 10 años de las primeras víctimas, familiares y organizaciones demandaron que las instituciones gubernamentales tengan la voluntad y la capacidad para atender las nuevas problemáticas.

Integrantes de las organizaciones AMORES y CADHAC realizaron una concentración para recordar a las víctimas y apoyar la lucha de las familias.

Expusieron que el Sistema Estatal de Atención a Víctimas no funciona como lo marca la Ley, y corresponde al Gobernador que funcione correctamente, en tanto, aunado a las fallas estatales, a nivel federal sigue pendiente la aprobación de la la Ley General de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición Cometida por Particulares.

Ellos creen que 2017 puede ser un año luminoso donde las autoridades tengan apertura y logren encontrar soluciones nuevas a problemas nuevos; las familias afectadas necesitan la esperanza y certeza de que las cosas pueden mejorar, destacaron en el evento que encabezó la hermana Consuelo Morales, titular de Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos.

Las primeras desapariciones fueron en 2007 y para el año 2011, gracias a la Caravana del Consuelo, liderada por el poeta y activista, Javier Sicilia, se inició un trabajo conjunto con la Procuraduría de Justicia del estado de Nuevo León lográndose ciertos avances, expusieron en un recuento.

Se abrió el diálogo con las autoridades, la atención y los recursos para la búsqueda aumentaron, la revisión de expedientes correspondientes a 236 personas desaparecidas, se ha logrado la consignación de 63 personas, la sentencia de 22 (de los cuales 18 eran policías) y la localización de 19 personas (14 por ADN y 5 vivas), así como la aprobación protocolo para la búsqueda inmediata, por mencionar algunos.

Sin embargo, a partir del año 2015 se ha observado un retroceso en lo que se había logrado.

Las desapariciones continúan vigentes, las familias que aún no encuentran a sus seres queridos no sufren sólo por desconocer su paradero, sino que sufren por todo lo que la pérdida conlleva: niños y niñas que no tienen a su padre o a su madre, abuelas que perdieron a sus hijos o hijas y ahora deben hacerse cargo de sus nietos/as y sufren un grave deterioro en su situación económica, agravamiento de la situación de salud, problemas con créditos de bancos e Infonavit, criminalización de sus familiares, entre muchas otras dificultades a las que deben enfrentarse, lamentaron en su concentración.

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