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Reconoce AEGBN legado en sector cárnico de “Don Bucho”

*Tiburcio Pérez González, una historia para aquilatar

Redacción/SV

La Asociación de Engordadores de Ganado Bovino del Noreste lamentó el fallecimiento de Don Tiburcio Pérez González a sus 92 años de edad, fundador hace 67 años de la empresa Carnes Finas San Juan en Nuevo León.

El Ing. Juan Obed González Flores, presidente de la AEGBN, reconoció el legado que deja como emprendedor en la industria cárnica, en la ganadería y en la engorda: “Don Bucho”, quien partió el 25 de diciembre pasado.

“En nuestro Concurso Novillo Gordo del Noreste, esa empresa compró el lote de primeros lugares, más de 4 toneladas de producto en subasta. Eso significa que Humberto Pérez Gámez, junto con sus hermanos continúa con el legado de su padre y fundador de la empresa: el Sr. Tiburcio Pérez González, conocido entre sus amistades como Don Bucho, a quien lo han identificado por adquirir siempre la mejor calidad, y ofrecer lo mejor a los consumidores”, mencionó González Flores.

La familia señaló que a Don Bucho le costó trabajo llegar al lugar donde Carnes Finas San Juan se posiciona ahora. Un grupo que genera más de 1,200 empleos directos, y que opera 12 sucursales en la zona metropolitana: Linda Vista, Anáhuac, Contry, Aeropuerto, Cumbres, Guadalupe, La Fe, La Rioja, Sendero, Valle, Santa Catarina y Lincoln, entre otros puntos de venta.

UNA HISTORIA DE ESFUERZO Y TRABAJO

“Siempre nos decías: Dios siempre ayuda a quien ayuda a sus padres; y así él siempre te ayudará más. Con un hogar sencillo y humilde te decidiste a que la mejor manera de hacer honor a tus padres era trabajar arduamente y con dedicación para ayudar con los gastos de la familia. Así la vida te llevó a estudiar hasta segundo año de primaria, pero años más tarde terminarías graduándote con honores de la universidad que conocemos como vida”, señaló una descendiente de Don Bucho.

Recordó que él desde su niñez inició como panadero, empujando un carrito para vender pan, que desde la madrugada horneaba con la familia. Después a los 15 años emigró a Estados Unidos a la pizca, luego a descargar barcos, a McAllen y conducir tráileres. Luego regresó a Monterrey a trabajar como obrero a la tienda de su padre.

En la avenida Pablo A. de la Garza, por el año de 1955, la carnicería fue construyendo sus cimientos. Tuvo el apoyo de su padre, de su tío Rafael Quiroga, quien le enseñó parte del oficio de carnicero. Además, Don Ricardo Morales de Salinas Victoria le dio crédito a la palabra para surtirle carne del rastro de Monterrey.

En la cartera de clientes empezó a tener al IMSS, hospital San José, Christus Muguerza, Tec de Monterrey, DIF, etc. Garantizan calidad, buen servicio y limpieza. Tienen, además, una empacadora, hortalizas, abarrotes y una engorda. Un restaurante “San Juan Grill” en Nuevo Sur.

“Con tu desempeño y devoción convertiste en una realidad la llamada Carnes Finas San Juan, fue tanto el impacto de dicho sueño, que hoy en día sin duda hablar de Monterrey es hablar de Carnes Finas San Juan”, señaló su nieta.

La humildad fue la bandera con la cual pregonó en la vida, al disfrutar de los pequeños placeres de la vida, como comer carnitas de rancho en Cerralvo con Don Chuy; ir al Pecos Bill, al Rubio, o pasar una tarde en la quinta.

LA DESPEDIDA

El 26 de diciembre, el Arzobispo de Monterrey, Monseñor Rogelio Cabrera López, se reunió en privado con una comunidad de sacerdotes para orar por el eterno descanso de Don Bucho, quien sin divulgarlo por varias décadas fue benefactor de la Casa Hogar Padre Severiano Martínez, proporcionando alimento y educación a los menores que pertenecieron a esa institución. Así como benefactor de Misioneros Natividad de María.

Don Bucho, oriundo de Cerralvo fue despedido por cerca de 450 personas: empresarios del gremio, amistades, comunidad eclesiástica, empleados y familiares el viernes 27 de diciembre en la Iglesia Fátima en San Pedro Garza García.

Durante la ceremonia, la familia de Don Tiburcio Pérez González, enarboló la trayectoria del personaje, que nació el 22 de enero de 1927, hijo de Juan Manuel Pérez Dávila (Nacido en Texas) y de Melitona González Arredondo.

Don Bucho en 1958 conoció a Doña Sara Gámez Silva, con ella tuvo nueve hijos: Yolanda, María Luisa, Roberto, Juan Manuel, Abelardo, Humberto, Sara Adriana, Jesús Tiburcio y José Luis. Su bisabuelo tenía por nombre Juan. Don Bucho era devoto de San Juan Evangelista y de la Virgen de San Juan.

El viernes a las 13:00 horas inició la homilía en la que participaron una decena de sacerdotes dos coros: uno conformado por 70 niños, y un segundo por diez adultos. La misa fue oficiada por el párroco José Guadalupe Rayas López, de la Casa Hogar Padre Severiano Martínez y del Templo Santo Domingo Savio, de la comunidad Linda Vista, Guadalupe.

“Se fue en el día más importante del año: en el nacimiento de Jesús”, enfatizó su nieta en su discurso este 27 de diciembre. En el Día de San Juan Evangelista más de 500 personas oraron  para que sus pecados fueran perdonados y para que se le abrieran las puertas del cielo. La homilía finalizó entre aplausos y ovaciones para Don Bucho.

Emprendedor, inteligente, bondadoso, caritativo, divertido y muy trabajador, así lo conocieron y así lo describieron.

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